Tardes que empiezan, como cualquier otra tarde
Martes de cotillón, lindo.. pero no sirve de mucho, ni ayuda que sea martes
no como los jueves, que son esperanzadores
o los viernes, donde juego a cambiar el mundo
tardes en las que salgo
y me envuelve
un aire
por abajo de la remera
por abajo de las dudas
un aire
hermoso, pero extraño, cero de lo normal, al infinito y a mi
me pregunto en mis momentos de lucidez extrema, porque siempre quiero irme
pero no, me quedo
y me atrapa en la tarde
el aire de marzo en noviembre entra y me cruzo
(y yo tan expectante) con recuerdos de otras vidas, de otras cosas, de cuando eramos chicos y el mundo era un gran tablero
caramelos de peluche
música para títeres
dibujos con líneas en la espalda
témpera en los ojos
nubes en cubos
el corazón de goma espuma
y una tranquilidad de plastilina debajo de las uñas
ahora mis manos hechas de un manto de estrellas
tocalas y pedí un deseo, hoy se hacen realidad los sueños, los miedos y los misterios
pero no llores
( porque si llorás se me va el aire )
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